viernes, 15 de enero de 2021

Vila-Matas: En el abismo, vida y creación se amalgaman





Qué atrae tan poderosamente de Vila-Matas, un autor que ya es un mito de la literatura contemporánea? Está claro que su obra siempre ha constituido una búsqueda de nuevos engranajes literarios. Pero no es solo esta la causa de la fascinación cada vez mayor que provoca entre un tipo de lector y escritor: también el modo como Vila-Matas ha sabido fusionar su literatura con su propia figura.

Para Vila-Matas la literatura es una cuestión vital, fundamental, que se torna pátina que todo lo impregna. Y hasta sus piezas reflexivas se hallan imbricadas de creación: de elementos inesperados, de contradicciones, de humor. Y literatura son sus entrevistas, las que él mismo realizaba de joven, las que recibe hoy. No es casual que Wunderkammer publique a la vez las deliciosas conversaciones con Anna María Iglesia ‘Ese famoso abismo’ y reedite la ‘nouvelle’ ‘Chet Baker piensa en su arte’, que apareció en el año 2011 en la antología de cuentos del mismo nombre, pero que merecía ser publicada de manera autónoma.

De hecho, Chet Baker piensa en su arte resulta la creación vila-matiana donde la construcción de la trama se ha fusionado de manera más radical con la reflexión sobre el proceso de creación, y aquí sin duda es donde brilla con más luz propia el artefacto literario de Enrique Vila-Matas. Interesa especialmente releer hoy este relato de ‘ficción crítica’, donde el yo literario se interroga sobre cómo expresar de modo efectivo la esencia de la realidad, cuando esta es «bárbara, brutal, muda, sin significado».

Para ello, hay un elaborado razonamiento sobre dos tipos de postura, la ‘Finnegans’, abanderada de una literatura difícil, que hace equivaler la dificultad lingüística a la complejidad de la realidad, y la postura ‘Hire’, que opta por una trama de fácil acceso para así comunicar mejor al gran lector. El yo literario se debate entre ambas vertientes, tratando de hacerlas compatibles. Hay aquí, pues, un alegato de una visión literaria, una teoría que se performa en el presente narrativo, y en la que observamos la esencia del Vila-Matas de los últimos años: la convicción de persistir en una literatura ambiciosa, pero tratando al tiempo de acercarse a la realidad del otro, eso sí, huyendo de la introspección autobiográfica, y en aras de una literariedad absoluta y comunicable.

En cuanto a ‘Ese famoso abismo’, puede leerse para iniciarse o para profundizar en Vila-Matas: lejos del repaso cronológico, se trata de una sinfonía de motivos e ideas que se trenzan de modo hábil y natural entre entrevistadora y entrevistado. A lo largo del libro pasearemos de manera oblicua, y con un espíritu tan reflexivo como ‘shandy’ (ligero, alegre) en torno a diversos temas que interesan al último Vila-Matas: especialmente la ficción como libertad total, según el prisma de Quijote, un tubo de ensayo que nos acerque mejor a la ‘verdad’ que otros productos. Bailaremos también al son de las múltiples contradicciones inherentes a la escritura: entre nomadismo y «viaje alrededor de la propia habitación», entre escritura «que interroga» y exigencias del mercado, entre pulsión por el éxito y el fracaso, entre escritura que ha de partir de la vida y la llamada de la imaginación.
Además, el mismo autor nos brindará sus hipótesis sobre las etapas en que se conforma su obra, así como la evolución de la recepción de su obra de los orígenes a hoy. Completaremos el autorretrato como escritor que ya veíamos en Chet Baker con algunas señas básicas de identidad, como precisamente la ausencia de identidad estable, el arte de aparecer y desaparecer, de la máscara y la cita literaria.

Y al final la obra nos lleva hacia ese «famoso abismo», hacia los orígenes del lenguaje, entre la capacidad de nombrar y lo nombrado: donde uno se acerca pero nunca puede atravesar del todo el espejo; donde uno se sumerge en la perplejidad y a la vez en la «literatura expandida», siempre dispuesta a alcanzar otros terrenos, siempre abierta a acompañar a otros en el zarpar de su aventura literaria.

* Este artículo apareció publicado en el Heraldo de Aragón.

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