Se acabó la fórmula del 3, la del cohete que sale disparado cada día al planeta que uno desea.
Bienvenidos a la fórmula del 4, constelación donde todas las combinaciones e instantes son imprevisibles.
La fórmula del 4, un cometa que se expande en múltiples direcciones.
4 no es igual a 2 + 1 +1 . O puede serlo, así como 2+2 o 3+1 o 3+1; los elementos son reagrupables y conmutables.
Somos 4 y el caos nos gobierna. Somos 4 y la mirada nunca está fija: vaga. Somos 4 y los planetas gravitan y se alumbran entre sí, y está vacante el timón del mando.
Somos 4 y vamos penetrando en una galaxia de arquitectura variable, que se metamorfosea cada día. Y si asumimos en el propio cuerpo la metamorfosis, podremos incluso reírnos más que antes.
Solo basta decir que sí. Sí al caos. Sí al no saber. Sí al instante centrífugo.
En los malabarismos del 4, vivimos un aprendizaje auténtico: el reto de tejer los días de risas.
Eso sin contar los heterónimos!!
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