jueves, 22 de noviembre de 2018

Vila-Matas impone su suerte (segunda edición)

Hoy en el Heraldo he publicado este artículo sobre la segunda edición de la maravillosa antología de artículos de Vila-Matas. Y el propio escritor ha querido hacerla figurar en su blog aquí.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Mi primera entrevista: Joan Garcia-del-Muro Solans

Aquí os presento mi primera entrevista, como mi primera colonia chispas. Ha sido un reto y un placer poder entrevistar al filósofo Joan Garcia-del-Muro Solans


La encontraréis completa en la revista KOPEK, aquí:

Goodbye veritat (editorial Pagès) és el darrer assaig de Joan Garcia del Muro (Lleida, 1961), un llibre davant el qual és difícil restar indiferent i que convida al debat. Per sort nostra, hem tingut l’oportunitat d’assistir a la presentació del llibre i posteriorment hem pogut conversar amb l’autor per desgranar algunes de les qüestions que ens han semblat més suggestives.
Si un tret caracteritza Joan Garcia del Muro és la modèstia existencial, unida a la generositat intel·lectual. Així doncs, més que com a filòsof s’autoqualifica com a “professor”; diu que escriu sobretot pensant en els alumnes, i es refereix a la seva obra filosòfica com a “llibrets” “que giren sempre entorn del mateix”. Ara bé, a banda d’exercir la docència a l’Institut Obert de Catalunya i a la Universitat Ramon Llull, ha publicat més d’una desena d’assaigs, molts dels quals sobre la contemporaneïtat, i ha guanyat vuit premis; els darrers, el Premi Joan Fuster d’assaig 2016 per Soldats del no-res i el Premi Josep Vallverdú 2017 per Goodbye, veritat. Amb el posat de qui dubta i escolta sempre abans d’afirmar res categòricament, la seva actitud vital i intel·lectual sembla nodrir-se del llegat de Sòcrates quan deia que “la veritable saviesa està en reconèixer la pròpia ignorància”. No és casual que, precisament, l’interès dels seus llibres rau no només en la qualitat de la documentació i la discussió filosòfica, sinó en la seva capacitat d’apel·lar el lector i convidar-lo a llegir l’actualitat amb un prisma de reflexió crítica.

jueves, 1 de noviembre de 2018

Día de los difuntos



En el día de los difuntos no puedo dejar de pensar en mi difunta más añorada, la padrina.
Cuando alguien se va lo peor no es asumir que se ha ido, que ya es difícil, ni pensar en los momentos compartidos del pasado. Depende del día puede hasta verse como una gran riqueza que nos acompaña, como aquello insustituible e imborrable de esa persona en nuestra memoria.
Lo peor es pensar en los diálogos que ya no van a tener lugar. La nostalgia del futuro.
Bajo la luz del día, el recuerdo de la padrina es una presencia indeleble, motor y fortaleza.
Pero cuando el día llega a su fin, al caer la noche, he pensado en cómo me gustaría irla a ver otra vez, explicarle las últimas gracias de mis hijas y que sonriera  con benevolencia; comentarle mis últimas actividades y que moviera la cabeza con la aceptación incondicional que solo puede tener una abuela. Ver su mirada despierta cada vez que le contaba historias diversas de conocidos, le interesaba tanto conocer cómo vive,cómo siente la gente hoy, qué preocupaciones tiene, siempre me acababa diciendo estoicamente que cada uno hace lo que puede... y que ella podría haberlo hecho mejor. Recibir esa sonrisa con la que nos abrazaba cada vez que nos despedíamos, como si quisiera aprehendernos bien por si esa vez era la última, y cómo insistía siempre en asegurarnos lo bien que lo hacíamos todo, como si deseara que nunca tuviéramos los remordimientos de ella. Escuchar sus historias de cuando era niña, de cuando iba a dormir con su abuela para que no estuviera sola, de cuando ofrecieron unos huevos fritos a aquellos militares, muertas de miedo, o cuando su hijo le acercaba una silla para que lo amamantara.
La echo tanto de menos que me arrepiento de no haber grabado, no haber anotado todo cuanto nos decíamos. Aunque quién sabe si tendría hoy sentido consultar ese material o quedaría como material de derribo que nadie se atrevería nunca a tocar.
En el día de los difuntos, quiero mantener su memoria viva. Tal vez lo mejor que podría hacer es no dejar nunca de hablar con ella. Tal vez estas líneas de hoy podrían ser el principio de algo.

Ja sé, padrina, ja sé què em diries ara després de llegir aquestes línies.