domingo, 7 de mayo de 2017

Un libro de complicidades: "Buenos días, guapa" de Maxie Wander


Este es un libro de mujeres, sí, pero no necesariamente un libro para mujeres, puesto que consigue reflejar la vivencia femenina en toda su complejidad y esplendor. A través de voces de procedencias y edades diversas, accedemos a las historias que cada mujer se cuenta a sí misma, con sus sueños, sus deseos (fallidos o realizados) sus concesiones, sus contradicciones, y presenciamos cómo cada una va construyendo su identidad, en un clima de auténticas confesiones y complicidad femenina. Tal efecto no es casual, puesto que la autora que firma, Maxie Wander, compuso este libro después de entrevistar a numerosas mujeres en un momento histórico determinado, el de los años setenta en la Alemania del Este, con toda la carga añadida allí latente de ideales políticos y empeño de emancipación de la mujer, aunque en la práctica no les resultara tan fácil conciliar lo emocional con la razón. Lo que más sorprende de este libro es que detectamos la individualidad rabiosa de cada una de estas voces, pero a la vez una unidad de estilo que da a la lectura una fluidez excepcional y un calibre perfecto en la extensión de los relatos. Maxie Wander, además de entrevistar y dirigir las conversaciones selecciona, pule, armoniza, hasta convertir cada confesión en un pequeño diamante tallado.
A destacar, las historias de mujeres jóvenes y sin remilgos como Rosi, que afirma cómo se las arregla con su marido una vez aceptados los límites de su relación y también cómo no se considera una mujer según las típicas cualidades “pasividad, dependencia, conformismo, ansiedad, nerviosismo, narcisismo, obediencia. Así que yo debo de ser un hombre al que sólo le falta su rabito”. O Ruth, la joven camarera que idolatra a su padre y tiene amplios deseos de libertad, que desea “saltar al agua o al fuego” y desprecia a los hombres cuando se reblandecen, pero que en el fondo sueña con un futuro más plácido. O las adolescentes Susanne, la menor de cinco hermanos, que explica cómo ha tratado de imponerse en su familia y en el colegio o Gabi, cuyo mundo quedó empañado por el recuerdo de su abuelo. A algunas historias se le dedica mayor extensión, como la de Katja, relato de una médico que explica su largo periplo desde el enamoramiento romántico de juventud hasta su presente de mujer con profesión propia, aunque su amor igualitario presente ya no sea igual de apasionado. Erika, asistente de escena, también sorprende en su historia de empancipación frente a un hombre de miras más estrechas de lo que parecía en un principio. Lena y Margot, docente y científica respectivamente, se plantean la dificultad de dejarse llevar y disfrutar del presente, más allá de la ambición con la que acostumbran a lidiar a diario, y se preguntan en qué va a revertir la fuerza de las nuevas generaciones. Berta y Julia, las más ancianas, explican sus vivencias desde el punto de vista de la pobreza (Berta, que se crió en el campo) y de la riqueza (Julia, que gozó de un mundo poblado de arte y refinamientos). “¿Sabes? –comenta a su entrevistadora- tuve una vida tan rica… y por eso fui yo también polifacética. Ahora lo echo mucho de menos. Aquí no hay más que política, y basta.”

“Buenos días, guapa”, en definitiva, es un libro para disfrutar y con el que dialogar, que nos acompañará durante muchos días.

Buenos días, guapa
Maxie Wander
Trad. Ibon Zoubiaur
Errata Naturae

Esta reseña apareció publicada en el Heraldo el pasado 27 de abril de 2017

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