Aunque soy más bien lectora de novela, puesto que cuando una historia me atrapa no quiero soltarla nunca más, de vez en cuando me dejo hipnotizar por un buen libro de cuentos.
Y así fue con "Esos de ahí afuera", de Franco Chiaravalloti, escritor argentino afincado en Barcelona. Como ya lo advirtiera Javier Argüello en la presentación del libro que tuvo lugar en el Ateneu Barcelonès, este libro de relatos cumple el más importante requisito al que puede aspirar una narración corta: que no se pueda soltar una vez iniciada.
Eso oí en la presentación, junto con la pasión por la obra en cuestión que transpiraban el autor y su presentador. Esos de ahí afuera, nos contaron, trata sobre personajes variopintos externos al propio autor, personajes pintorescos y que se hallan en una situación límite, y al que el autor se ha aproximado todo lo que ha podido hasta robarles el alma, o insuflarles de alma, quién sabe.
La lectura posterior no hizo más que confirmar y hasta intensificar tan halagüeña entrada a su lectura. Estos cuentos, encabezados cada uno de ellos por el nombre del personaje, con nombre y apellidos, se enmarcan en contextos tan variados como los siguientes: una mujer a punto de avortar, un hombre que comienza a trabajar para la Real Academia, una adicta a la belleza del cuerpo que se enamora de su opuesto, un viejo adicto a los velatorios de desconocidos en los que se invita a café...
Y efectivamente, una vez iniciado cada uno de ellos no se puede dejar de leer: es evidente el gran trabajo de orfebre que subyace tras ellos; cada palabra está en el lugar adecuado; la cantidad de información; el tono usado que oscila de lo humorístico, lo irónico a lo lírico; los registros de habla de cada personaje, la somera descripción de toda la situación en la que nos vemos inmersos, la tensión controlada que va apuntalando el relato hasta un certero final que nunca nos dejará indiferentes.
"Esos de ahí afuera" constituye una galaxia tan compleja como completa, y a todas luces equilibrada entre sí, de manera que no solo cada relato por separado no puede dejar de leerse, sino el libro en su totalidad: uno desea conocerlo todo sobre todos esos seres que nos inundan de perplejidad.
Una lectura muy recomendable, en fin, para todos aquellos que disponen de poco tiempo y, a caballo entre una actividad y otra, quieren leer algo con la certeza de que los distraerá y arrastrará.
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