Recientemente he tenido el privilegio de participar en el libro de artista "La figa", ideado y confeccionado por Georgina Aspa. Un higo que es un recipiente lleno de tesoros, misterios, recovecos y palabras. Puro papel, pura artesanía, pura letra. Para este proyecto realicé estos dos poemas que hoy aprovecho para compartir en el día de la mujer:
HIGUERA
Abrir.
Quiero que mis ojos se abran hasta que no puedan más
y abarquen todo cuanto amé
y también cuanto no llegué a amar,
lo que entreví y amé en sueños:
todo lo que pueda revivir y descubrir,
como desvestir capas y capas de este higo
hasta el infinito
y ver lo que este ha de enseñarme.
Sobrevolar la nostalgia anticipada
por la vida no vivida
y conquistarla.
Quisiera recorrer la totalidad de lugares
acceder a un lago sin límites de emociones e imágenes.
El mundo entero recorrería
-tengo prisa por hacerlo-
el mundo entero compartiría.
Duele tanto lo que no se puede llegar a ver.
Quizás podáis acompañarme,
ponerle remedio,
hoy que aún es hoy, que tenemos ganas.
El mundo está repleto
de racimos de experiencias innombrables
de instantes y secuencias irrenunciables
tantas como higos tiene una higuera.
Atrapo un higo y en él se adivina
la melodía secreta de aquella tarde, aquel amanecer.
En otro higo habita aquel viaje que nunca tuvo lugar
pero pervivirá como vivencia absoluta.
En aquel del fondo se encuentra
el aroma incitante de lo no escrito.
Sentaos conmigo bajo la higuera
vosotras, mis amigas, mis hermanas, mis hijas.
Os invito a compartir esta fruta
sumergirnos en un placer sin nombre
convocando los lugares que no hemos llegado a ver
los higos que no hemos podido avizorar
y los que están todavía a nuestro alcance.
Porque hoy no es tiempo de melancolías .
Es tiempo para convocar el mapa
para acariciar la brújula
que nos conduzca a la higuera
y nos desvele sus higos presentes
los palpables y los más escondidos.
Mostradme aquello que tanto atesoráis en silencio,
aquellas vivencias solo vuestras
que nadie podrá nunca arrebatar;
que no sucumbirán a la sequía
y que guardan la delicuescencia dentro:
la leve doradura de la verdad propia.
Tu
Digue’m, germana,
no has desitjat sempre el desfici,
la incandescència?
No has covat secretament
en les jornades atziagues
el moment on la teva veu
podria brollar a la fi
límpida
sencera?
Deessa i reina,
tota tu ets teva
tota tova si vols estovar-te.
Ets tota tu.
Guardes en tu
l’essència de la figa
inaccessible,immarcescible i secreta.
Irradia en tu una font callada
única.
Només tu saps quina és la cambra
on la deliqüescència
palpita.
Sadolla a vessar d’eufòria i fortalesa.
Escampa-la, esventra-la,
desclivella-la gota a gota,
degustant la seva polpa
en el moment exacte en què l’espera
s’obre.