jueves, 25 de mayo de 2017

Maternidades postergadas: Silvia Nanclares



“Quién quiere ser madre” (Alfaguara) es una novela que se lee con fluidez y cuyo ritmo atrapa desde el principio. En ella se relata el deseo de ser madre por parte de una mujer que roza ya la cuarentena, y las dificultades que va encontrando, bien por su situación sentimental, bien por los obstáculos biológicos. A través de un yo confesional, sumado a la ironía, la hipérbole y la acumulación de detalles, se narra con humor la odisea sembrada de minas por la que debe transitar la que desea culminar su deseo pese a todo. La persona que haya conocido una experiencia similar en primera persona o como testigo va a devorar la novela; también quien haya vivido ese miedo a no poder ser madre, un miedo que puede ser paralizante. Tal vez la historia no sea de alcance universal, y el estilo de la novela no va a depararnos una huella imborrable en sí mismo, pues más bien ejerce de vehículo que nos conduce en volandas a través de la trama. Ahora bien, la novela manifiesta el logro de una feliz naturalidad. Y, sobre todo, lo más interesante de “Quién quiere ser madre” es la lectura doblemente política que subyace: por un lado, la expresión de la validez del deseo tanto de ser madre como de no serlo; esto es, el acercamiento a una mujer que toma las riendas de sus decisiones sin limitarse a seguir las inercias; por otro lado, y más interesante todavía, la interpretación crítica de esa coincidencia fatal entre el momento de anhelo de la maternidad con el inicio del declive reproductivo, para muchas mujeres actuales. Nanclares apunta cómo no puede tratarse de un fenómeno casual, sino que de algún modo la sociedad empuja a las mujeres, bajo un supuesto discurso feminista, a postergar todo lo posible la maternidad, mientras gastan sus “mejores años” formando parte activa del engranaje laboral. De modo que la mujer que ha ido postergando la maternidad aun deseándola, priorizando siempre otras metas, hasta que le alcanza la angustia del reloj biológico, puede sentirse estafada, al darse cuenta de que su posible embarazo acaba entrando en el ámbito del mismo mercado que ha secuestrado su biología, y que le ofrece todo tipo de ayudas a la reproducción, terapias alimentarias, etcétera, a cambio de cuantiosas sumas de dinero. Nanclares ha sabido, en fin, desanudar con valentía un tema controvertido y apuntar un punto de fuga por donde puede construirse la mujer contemporánea, más allá del miedo.

Esta reseña se publicó en el Heraldo el pasado jueves 18 de Mayo de 2017

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