sábado, 22 de abril de 2017

Unas cuantas lecturas para el día del libro



En el día del libro, lo que más deseo es rodearme de lecturas que me hagan la vida más bella.
Y por eso quiero aprovechar la ocasión para recomendar algunas de las que me han parecido últimamente más interesantes; no porque crea que mi criterio tiene validez alguna sino por compartir las sensaciones que he tenido, por si a alguien le animan a leer o no leer alguno de estos libros según sus intereses.

La memòria de l'arbre, de Tina Vallès

Una gran novela, ganadora del último premio Anagrama en català. Si os gustan las historias delicadas, donde la mirada infantil tiene una gran importancia, esta es vuestra novela. "La memòria de l'arbre" se compone de un mosaico de escenas (que son como pequeños poemas) que iluminan a golpe de claroscuros las vivencias entre un abuelo y su nieto. El abuelo tiene una enfermedad que el nieto descubre lentamente. Mientras conviven, y a medida que el abuelo pierde la memoria, el legado va traspasando imperceptiblemente hasta el presente del niño, que se empapa de su abuelo como de una lluvia de primavera. Un libro que muestra tanto como insinúa. Dulce, triste, encantador.

Buenos días, guapa, de Maxie Wander

La alemana Maxie Wander compuso un conjunto de relatos a través de las voces de diversas mujeres a las que ha entrevistado. En el contexto de la RDA, mujeres de toda edad y condición desnudan sus deseos y contradicciones más íntimas, desde las ganas de hallar un lugar propio en la profesión como la necesidad sexual no colmada en el matrimonio pasando por las vicisitudes para construirse un futuro en las más jóvenes o la carga de los recuerdos en las más mayores. Viviremos la compañía de estas mujeres como si fueran íntimas amigas, nos compadeceremos de sus historias, nos sonreíremos de sus picardías. La pluma de Maxie Wander selecciona, unifica estilos y ritmos hasta limar esta pieza de lectura apasionante, que recientemente ha traducido Errata Naturae.

Quién quiere ser madre, de Silvia Nanclares

La novela de Silvia Nanclares aborda el tema de la maternidad llegados los cuarenta, con sus dificultades, sus miedos, la odisea en que se sumerge a menudo aquella que ha postergado la cuestión hasta el momento pero que decide es para ella de vida o muerte. De lectura ligera y amena, lo mejor de "Quien quiere ser madre" es la lectura política que da a la maternidad tardía, que en realidad está más relacionada de lo que parece a primera vista con las necesidades del sistema, que potencia que las mujeres consagren sus "mejores años" al mercado laboral, y que posterguen su maternidad hasta el momento en que sea dificultosa, y entonces el mercado mismo les pueda ayudar con tratamientos astronómicos.

París- Austerlitz, de Rafael Chirbes

La última novela del gran novelista contemporáneo Rafael Chirbes, fallecido en 2015, (novela que comenzó veinte años atrás del momento en que decidió culminarla) es sencillamente hipnótica. En ella relata el encuentro amoroso en París entre un joven pintor y un obrero maduro; nunca había leído una novela de amor homosexual que me resultara tan auténtica y descarnada. No aparece aquí ni la idealización ni tampoco el recrearse en los aspectos morbosos. La pasión aparece en su eclosión y en todas sus contradicciones; la sombra del desamor le acompaña desde el principo; la sombra de las diferencias de clase, de estilo de vida (aquí el hecho de que sea un amor homosexual no resulta relevante en los aspectos principales de la historia, aunque sí da un color especial a los detalles). Pero dicha pasión está teñida desde el inicio de la novela por el final del amor, y también por la enfermedad en la que ha sucumbido Michel, el obrero maduro. Desde el final, desde la decadencia, se relata con valentía los claroscuros del amor y la amistad y las contradicciones morales en que la persona debe caer a veces a pesar de los pesares.


En cuanto a libros que aún no he leído pero que me llaman hay muchos... Por ahora solo me atrevo a recomendar mis dos elecciones de este año, cuya lectura estoy iniciando, que han sido:

Tristram Shandy, de Lawrence Sterne. Un clásico moderno que tenía pendiente. Los amigos de mis amigos son mis amigos, que dice el adagio; pues los escritores que mis escritores favoritos aman tienen que gustarme por fuerza. Y así está siendo: la voz del Tristram tiene una textura muy particular, donde se entremezcla lo confesional, el ensayo y el humor más delirante. Promete.

Marta Sanz, Clavícula

De entre la narrativa española de actualidad, "Clavícula" de Marta Sanz me parece uno de los textos más conseguidos. Su tono es intimista, desgarrador pero no exhibicionista ni exuberante: expresa desde lo breve y lo discontinuo. El tema además me resulta muy atractivo: ahonda en las dolencias que a menudo sufren las mujeres y que tienen un origen psicosomático: la historia se construye desde este interrogante. Si todo va bien, "Clavícula" continúa un tema que ya me apasionó cómo trataba Siri Hustvedt en "La mujer temblorosa", pero esta vez de un modo más marcadamente narrativo.

Si alguien quiere continuar con sus lecturas, animo a hacerlo.
¡Felices libros!

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